La mitocondria


La Mitocondria                    

Las mitocondrias son unos 
orgánulos celulares encargados 
de suministrar la mayor parte 
de la energía necesaria para 
la actividad celular y 
muscular. 

Actúan como centrales energéticas de la célula y sintetizan el ATP a partir de la glucosa, los ácidos grasos y los aminoácidos. Por lo tanto cuidar y mejorar la eficiencia de la mitocondria es muy importante para el deportista, además de los múltiples beneficios que conlleva, ya que está demostrado, que existen muchas enfermedades vinculadas al mal funcionamiento de las mitocondrias como son la epilepsia, el alzheimer, el parkinson, la esclerosis múltiple, fibromialgia, cancer, etc.

Con el entrenamiento se genera luego un aumento del rendimiento físico y se retrasa la aparición de la fatiga. Esto se logra con diversas adaptaciones del músculo esquelético y una de las adaptaciones básicas es con el aumento de tamaño y cantidad de mitocondrias.



La mitocondria presenta una membrana exterior permeable a iones, metabolitos y muchos polipéptidos. Eso se debe a que contiene proteínas que forman poros llamados porinas o VDAC (canal aniónico dependiente de voltaje), que permiten el paso de moléculas de hasta 10 kDa de masa y un diámetro aproximado de 2 nm.

Las mitocondrias están rodeadas de dos membranas claramente diferentes en sus funciones y actividades enzimáticas, que separan tres espacios: el citosol (o matriz citoplasmática), el espacio intermembranoso y la matriz mitocondrial. La morfología de la mitocondria es difícil de describir puesto que son estructuras muy plásticas que se deforman, se dividen y fusionan aunque normalmente se las representa en forma alargada.

La menbrana externa está compuesta de una bicapa lipídica, permeable a iones, metabolitos y polipéptidos y realiza relativamente pocas funciones enzimáticas o de transporte. Contiene entre un 60 y un 70% de proteínas.

La membrana interna contiene más proteínas (80%), carece de poros y es altamente selectiva, contiene muchos complejos enzimáticos y sistemas de transporte transmembrana, que están implicados en la translocación de moléculas.

Entre ambas membranas queda delimitado un espacio intermembranoso que

es donde se localizan diversas enzimas que intervienen en la transferencia del enlace de alta energía del ATP.

Como se puede apreciar los sujetos entrenados tienen casi el doble de volumen mitocondrial cuando se los compara con sujetos que no entrenan. Las mitocondrias tienen la capacidad de oxidar sustratos y producir energía en el ciclo de Krebs y en la cadena de transporte de electrones. Contar con una mayor cantidad de mitocondrias reduce la velocidad de trabajo de cada una de ellas y se optimiza la producción de energía.

Es interesante mencionar que a mayor cantidad de mitocondrias se mejorará al ahorro de hidratos de carbono y se oxidará una mayor cantidad de lactato dentro de esta organela. 

Por otro lado contar con más mitocondrias permite disminuir la producción de radicales libres y mantener la integridad de la las proteínas, lípidos y ADN mitocondrial, all igual que la síntesis de proteínas contráctiles en el músculo esquelético. La señal para la síntesis de mitocondrias es la contracción muscular.

Mejorar la eficiencia de la mitocondria.


Mejorando la eficiencia de la mitocondria obviamente aumentaremos el rendimiento físico y la recuperación, que en cualquier deporte de alto rendimiento resulta un factor importante. 

El primer agente importante, es el entrenamiento de alta intensidad y en segundo la correcta alimentación, además de algunos suplementos que pueden ayudarnos:
  • Consumo adecuado de vitaminas y minerales
  • Consumo de especias como el jengibre o la cúrcuma
  • Consumo elevado de ácidos grasos esenciales
  • Consumo de aceite de coco o MCT
  • Coenzima Q-10
  • Acetil-l-carnitina
  • Metformina
  • Ayuno intermitente


Conclusion

Hasta el día de hoy no se reconoce una metodología óptima que desarrolle este proceso a su máxima expresión, pero sí está claro que si una fibra muscular no se entrena o no es puesta a trabajar, no realizará biogénesis mitocondrial. 


El ejercicio físico produce cambios fisiológicos, bioquímicos y moleculares dependientes del tiempo. La magnitud de dichas modificaciones depende de la intensidad y duración del estímulo del ejercicio.

El entrenamiento de la resistencia (endurance) conduce a incrementos del volumen mitocondrial (volumen de la célula ocupado por mitocondrias) de hasta el 100% con entrenamiento de unas pocas semanas en sujetos no entrenados. 

Culturismototal: Eduardo Domínguez


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